¡Qué primordial y qué descuidada que tenemos a la respiración! Casi como que
no contamos con ella… Venimos al mundo con una primera
inhalación y nos iremos con nuestra última exhalación.
A diferencia del ritmo cardíaco, la respiración
es consciente y a la vez inconsciente.Ésta
última es dirigida por el bulbo raquídeo; es la que se dispara cada vez que el
cuerpo detecta que hay poco oxigeno y mucho anhídrido carbónico.
¿Estamos atentos a cómo respiramos o creemos que ” …yo no
tengo nada que ver”? Por lo general nuestra respiración es torácica, o sea que
solo el tórax hace el vacío necesario para inflar nuestros
pulmones. Inhalamos y expandimos el torax y las clavículas. Esta respiración es
por lo general corta; los músculos intercostales son los que se
expanden como así también suben la clavículas. Es poco el aire
que podemos respirar de esta manera.
Con la respiración abdominal se
consigue mucho más aire. Se inhala y se expande el abdomen, se
exhala y se desinfla el abdomen. En esta respiración juega un papel muy
importante el diafragma que es un músculo que se encuentra
entre el tórax y el abdomen. Al contraerlo desciende y produce que el abdomen se
expanda hacia adelante, los costados y para atrás, en la espalda. La cantidad
de aire respirado de esta manera es mucho mayor que la anterior.
Una tercera posibilidad de respiración es
juntar ambas y así profundizar aún más la respiración. Sería la
respiración de cuando fuimos bebés. Si observamos a un bebé
respirar veremos que todo su cuerpo respira, desde la cabeza a
los pies. Es un organismo completo que respira.
Un ejercicio que podemos hacer tanto sentados
como acostados es ponernos una mano en el pecho y la otra
en el abdomen a la altura del ombligo.
Primero veremos como respiramos. Esto lo logramos
viendo que mano se mueve más. Luego trataremos de respirar solo
torácicamente; esto quiere decir que solo la mano del torax se moverá al
respirar y la otra permanecerá quieta. Luego haremos a la inversa; respiraremos
por el abdomen. Solo la mano que está allí es la que ahora se va a mover.
Para finalizar podemos tratar de hacer
ambas respiraciones. Si no estamos muy familiarizados con las
respiraciones conscientes esto lleva un tiempo de práctica.
Los beneficios de respirar conscientemente son
muchos: podemos relajarnos en el momento que querramos. Podemos
respirar y luego contestarle al… jefe, marido, esposa, hijo… etc, etc.
La respiración es mágica. Al
hacerla consciente podemos poner en ella la Intención que
estamos buscando o solo quedarnos sintiéndola; con las dos
manos en la panza esto nos trae al aqui y ahora. No se puede estar coscientes de
la respiracion y que nuestra mente piense en el vencimiento de la luz o de
porqué mi suegra me contestó así…Nuestra mente se aquieta.
Muchas veces pasa que solo haciendo una,
dos o tres respiraciones tranquilas, suaves, sin oír el paso del aire
por la nariz bastan para cambiar un estado de nerviosismo, enojo o
tristeza.
¡Solo hay que ponerlo en práctica para
ver si resulta!
¡Qué primordial y qué descuidada que tenemos a la respiración! Casi como que no contamos con ella… Venimos al mundo con una primera inhalación y nos iremos con nuestra última exhalación.
¿Estamos atentos a cómo respiramos o creemos que ” …yo no tengo nada que ver”? Por lo general nuestra respiración es torácica, o sea que solo el tórax hace el vacío necesario para inflar nuestros pulmones. Inhalamos y expandimos el torax y las clavículas. Esta respiración es por lo general corta; los músculos intercostales son los que se expanden como así también suben la clavículas. Es poco el aire que podemos respirar de esta manera.
Con la respiración abdominal se
consigue mucho más aire. Se inhala y se expande el abdomen, se
exhala y se desinfla el abdomen. En esta respiración juega un papel muy
importante el diafragma que es un músculo que se encuentra
entre el tórax y el abdomen. Al contraerlo desciende y produce que el abdomen se
expanda hacia adelante, los costados y para atrás, en la espalda. La cantidad
de aire respirado de esta manera es mucho mayor que la anterior.
Una tercera posibilidad de respiración es
juntar ambas y así profundizar aún más la respiración. Sería la
respiración de cuando fuimos bebés. Si observamos a un bebé
respirar veremos que todo su cuerpo respira, desde la cabeza a
los pies. Es un organismo completo que respira.
Un ejercicio que podemos hacer tanto sentados
como acostados es ponernos una mano en el pecho y la otra
en el abdomen a la altura del ombligo.
Primero veremos como respiramos. Esto lo logramos
viendo que mano se mueve más. Luego trataremos de respirar solo
torácicamente; esto quiere decir que solo la mano del torax se moverá al
respirar y la otra permanecerá quieta. Luego haremos a la inversa; respiraremos
por el abdomen. Solo la mano que está allí es la que ahora se va a mover.
Para finalizar podemos tratar de hacer
ambas respiraciones. Si no estamos muy familiarizados con las
respiraciones conscientes esto lleva un tiempo de práctica.
Los beneficios de respirar conscientemente son
muchos: podemos relajarnos en el momento que querramos. Podemos
respirar y luego contestarle al… jefe, marido, esposa, hijo… etc, etc.
La respiración es mágica. Al
hacerla consciente podemos poner en ella la Intención que
estamos buscando o solo quedarnos sintiéndola; con las dos
manos en la panza esto nos trae al aqui y ahora. No se puede estar coscientes de
la respiracion y que nuestra mente piense en el vencimiento de la luz o de
porqué mi suegra me contestó así…Nuestra mente se aquieta.
Muchas veces pasa que solo haciendo una,
dos o tres respiraciones tranquilas, suaves, sin oír el paso del aire
por la nariz bastan para cambiar un estado de nerviosismo, enojo o
tristeza.
¡Solo hay que ponerlo en práctica para
ver si resulta!
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